viernes, enero 20, 2006

Angel's Murder.

Aquella mañana, al abrir los ojos, encontré su cuerpo en mi cama. Estaba ahí, sin moverse, sin respirar siquiera, pero Aun sentía. Con el vidrio de una botella de vodka, se había cortado las alas, con navajas de afeitar se había lastimado las yemas de los dedos hasta dejar de sentir. Las venas las tenia cortadas, la yugular lastimada, sangrando, muriendo. Aun sentía. Tenia incisiones de bisturí desde los pies hasta el ombligo, tenia el pecho abierto, el corazón apenas le latía. Y Aun sentía. Sus ojos estaban intactos, y por ellos solo salían las lágrimas que yo nunca lloré por orgullo, y que tuvo que llorar él.
Dicen que al herirte, bastan trece segundos para dejar de sentir. El era un ángel, Aun sentía. Todo lo que hago, todo lo que digo y lastima a alguien, lastima a mi ángel de la guarda. El lo siente, le duele. Y solo cura sus heridas cuando lo ayudo. Nunca lo he visto, no tiene reflejo, no produce sombra y no ocupa espacio. No se su nombre, pero he estado tentado a preguntárselo entre sueños. Te debo una disculpa, ángel de mi guarda, por asesinarte tantas veces, lo hago con mucha devoción, con una pasión desmedida, sin querer lastimarte, pero es que el rojo se te ve fenomenal.