Psicosis

Hoy por la mañana tuve la noticia de mi vida: “FELICIDADES, ERES PAPA”. ¿Como sucedió? El invierno pasado, conocí a una chica que se llama Ginevra, de origen búlgaro. Estaba de intercambio en la ciudad que antes vivía, donde ahora estoy por las vacaciones de invierno. Fui su amor de intercambio. Tuvimos uno o dos encuentros casuales, en los que me mentía diciendo que me quería en su idioma natal y yo le pedía que nunca me dejara. Ginevra termino su intercambio en junio, al tiempo que yo me mudaba prácticamente a la universidad. No volví a saber de ella, a no ser por dos o tres correos electrónicos de toque cómico que me reenvió y que yo no leí porque me parecieron absurdo sentido del humor europeo. Así transcurrieron los meses, sin pena ni gloria, hasta hoy… Soy padre, tengo un hijo precioso de casi tres meses de edad, y vamos a pasar su primera navidad juntos. Su madre ha venido a traérmelo, porque desgraciadamente no lo quiere incluir en su futuro. Se llama Mitko. Yo escogí el nombre. Tiene unos líndismos ojos grises, como siempre quise tenerlos. Todo el día ha estado sonriéndome, reconociéndome. Es una pena que no lo haya visto nacer, pero estoy seguro que compensare todo eso durante el resto de mi vida. Me saldré de la escuela, trabajare para mantenerlo y al llegar a casa me recibirá con un abrazo. Mitko será brillante en cualquier cosa que se decida a hacer, y ante todo, un hombre de honor. No importa dejar la escuela, a mi familia, a mis amigos… no importa dejar lo que mas deseas, si puedes hacer feliz a una criatura tan hermosa como Mitko.

El término psicosis procede del griego psyché, alma, y es aplicado generalmente a los trastornos mentales de etiología psíquica u orgánica en los cuales se presentan alteraciones profundas de la realidad y de la respuesta a estímulos.

Imaginé todo esto. Empezó por la mañana, con una fotografía que me encontré de un bebe precioso, que tenia un gorro de santa. Todo el día estuve ilusionado, haciendo planes, buscándole un nombre, presumiéndoselo a mis amigos. Era mi hijo, era mío y nada más. Hace media hora recién me doy cuenta que Mitko no existe. No es más que un producto de mi imaginación. ¿Hasta donde he llegado? ¿Cuanta es mi necesidad de afecto que invento hijos postizos? Si algún día tengo un hijo, posiblemente se llame Mitko o Alekko. Me gustaron los nombres, más que los anteriores que tenía pensados para alguno de mis hijos, Ian, Ethan o Ewan.
Siento por fin una tranquilidad rara, en un ataque sicótico no evaluado médicamente, me adelante a vivir en mi mente tal vez diez o quince años de mi vida, pero aun no es tiempo, sigo en esta vida, en la que tengo 18, en la que no tengo que preocuparme por conseguir un trabajo para tener algo para mi hijo, ni llegar temprano a casa para contarle un cuento. Lo peor de todo fue pensar que lo criábamos juntos, que nada había sucedido así, que te definías como homosexual y que era nuestro hijo…
La única y profunda reflexión que me queda, es que soy un hombre casi homosexual, que posiblemente no tenga hijos nunca, que necesita mucho afecto, que esta al borde de un desorden psiquiátrico. Pero nunca, nunca en la vida traeré a este mundo a un hijo sin afecto. No podría hacer sufrir a alguien tan indefenso para saciar mi déficit afectivo. A mí nunca me falto el afecto de mis padres, ¿porque negarle a el tanto amor? Estoy orgulloso de ser tu padre, te adoro hijo, aunque solo te haya imaginado.